Escuela Ríos de Elqui: Trabajo colaborativo para una mejora continua

20-08-2020

Como gran parte de los establecimientos ubicados en el Valle de Elqui, la Escuela Ríos de Elqui en Rivadavia y sus más de 130 estudiantes se vieron imposibilitados de seguir una modalidad online para enfrentar la suspensión de las clases presenciales, producto de los problemas de conectividad a internet y acceso a dispositivos electrónicos. Sin embargo, los equipos han podido sortear esta dificultad utilizando la metodología de mejora continua, impulsada por We Learn, enfocándose en el fortalecimiento de la red de colaboración para reforzar el inglés y adecuar estrategias, por un lado, pero también para potenciar la comunicación entre los actores que participan en el proceso de aprendizaje.

“Al inicio, no concebíamos la magnitud de lo que estaba sucediendo”, dice Paola Díaz, jefa de UTP y directora interina durante 2019. El 12 de marzo, narra, los equipos sabían que las clases presenciales iban a tener que suspenderse y, pese a que no pensaban que se iba a extender por tanto tiempo, desde el comienzo establecieron que el material que proporcionaría la escuela iba a tener que ser físico: “Entendíamos muy bien que, para nuestro contexto, era imposible que pudiéramos realizar un aprendizaje remoto de manera online como otros establecimientos”, explica.

El director Enrique Sirvent dice: “A la comunidad también la toma un poco por sorpresa, hasta que aparece el primer caso en Vicuña: ya no era algo lejano que se veía en la televisión. Incluso nosotros alcanzamos a tener una familia en cuarentena por sospecha”.

La escuela en Rivadavia está a 18 km de Vicuña hacia el interior y a 7 km al norte de Paihuano. La geografía del lugar en este período muchas veces ha jugado en contra del proceso de aprendizaje. Katherine Romero, apoderada del establecimiento, explica que a sus hijos les ha afectado la crisis y se han sentido asustados y tristes por no poder ver a sus amigos, pero también ha debido lidiar con problemas asociados al lugar donde vive ella y su familia: “La semana pasada llovió y estuvimos un día sin luz y dos sin internet: así es complicado apoyar a nuestros hijos en el proceso de enseñanza, aunque eso también nos ha servido para estar más pendientes de ese proceso”.

La escuela inmediatamente realizó un catastro, el que arrojó que la mayor parte de sus estudiantes tenía acceso a internet solo a través de los teléfonos de los apoderados: debía optar por implementar una estrategia a su alcance. “Activamos la red de colaboración y acordamos diseñar un plan de aprendizaje remoto con distribución de material físico y de carácter quincenal”, detalla Enrique Sirvent.

“Desde la primera entrega de material comenzamos a aplicar el ciclo de mejora”, explica Paola Díaz, “porque había muchos aspectos que reforzar en esta nueva modalidad”.

“Comenzamos como equipo de gestión a estudiar el nuevo modelo y la metodología de mejora continua se fue dando de manera natural. Fuimos adaptándonos a este nuevo contexto y repensando las bases para un trabajo más efectivo”, cuenta Enrique Sirvent.

La profesora de inglés Bernardita Barraza señala que en un inicio, por el formato del material, no fue fácil coordinar el modelo con su codocente Rose, hablante nativa y profesional de Beyond English, porque de inmediato entendieron que para la asignatura iba a ser necesario implementar, además, otras estrategias: “Nos empezamos a percatar de que debíamos ser más concretas y concisas, presentar de forma distinta el material y enfocarnos en temas que fueran más significativos para las niñas y niños”, detalla la docente.

Paola Díaz agrega: “Con la primera parte establecimos el tiempo que cada docente podía destinar para sus objetivos de aprendizaje, es decir, mejorar los módulos por asignatura, la cantidad de minutos por actividades y adecuar ese tiempo a partir del material, entendiendo que al ser impreso tiene muchas limitantes”.

A partir de la segunda entrega, se incluyeron fichas para recibir de parte de las y los estudiantes y apoderados la retroalimentación y, de esta forma, reforzar la comunicación con la comunidad educativa, pero también para que desde los hogares pudieran evaluar el proceso de aprendizaje y generar mejoras.

“En ese material”, dice Bernardita Barraza, “incluimos preguntas relacianodas al material, o sobre las cosas que más les ha costado o las más difíciles de entender”.

“Ya en la tercera entrega pulimos el material físico, pero en asignaturas como inglés era necesario emplear otras estrategias, material audiovisual que pudiéramos publicar en el Facebook de la escuela”, detalla Enrique Sirvent.

Dicha red social, explican al interior de la escuela, cumple un rol importante por ser la mayoría de las veces gratis en los planes de telefonía y la han potenciado como el canal oficial de información: “Durante esta crisis la escuela ha podido coordinar a través de Facebook las entregas de las cajas Junaeb, las cápsulas con los tips de los profesores, guías y la información sobre los próximos envíos de material”, dice la apoderada Katherine Romero.

“Aun así, Bernardita nos explicaba que no era suficiente para su asignatura”, dice Paola Díaz. “Compró un programa para editar videos y comenzaron a crear cápsulas y enviarlas por WhatsApp y mensaje de texto”.

El principal desafío para la docente, teniendo cubiertas la comprensión escrita y lectora, era enfocarse en la expresión oral. De esta forma, para potenciarla el equipo docente comenzó a coordinar —con las y los estudiantes que tuvieran la posibilidad— el envío de pequeñas cápsulas, obteniendo buenos resultados.

“El uso de redes sociales ha sido fundamental”, asegura la docente. “Para implementar el ciclo de mejora y no interrumpir la pronunciación, desarrollamos la estrategia de enviar videos y consideramos llamados telefónicos para quienes no pudieran realizarlo, con el objetivo de medir los avances, analizar los resultados en colaboración con el equipo de gestión e incorporarlos a la tabla de logros”.

Pese a la distancia, detalla Bernardita Barraza, trabajar con la profesional de Beyond English ha sido un aprendizaje constante: “Desde el diseño de la cápsula hasta que enviamos el material, con Rose hacemos todo en conjunto y ha sido extremadamente colaboradora. El próximo desafío es implementar un concurso de tongue twisters: a través de un trabalenguas y la repetición buscamos que nuestros estudiantes puedan no solo practicar la expresión oral, sino también darse cuenta de manera lúdica de qué errores cometen, hasta que se sientan preparados para enviarlo”.

“Cathyen ha disfrutado mucho las actividades y los videos”, relata Katherine Romero. “Cada vez que puede hablar con su profe le dice: ‘¡Miss, mándeme más trabajos o un cómic!’. Ha sido muy importante para ella no perder el ritmo de su proceso de aprendizaje”.

Esta iniciativa es parte del documento “Comunidades educativas: 6 relatos de innovación en tiempos de pandemia” que puedes descargar completo en este link https://bit.ly/2DGXlJ6