Corporación Municipal de Renca: Aprendizaje Basado en Proyectos

09-12-2020

Como una forma de avanzar en los aprendizajes de los niños y niñas de la comuna durante la suspensión de las clases presenciales, la Corporación Municipal de Renca (RM) invitó a los establecimientos a trabajar bajo la metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Los niveles iniciales de las escuelas Domingo Santa María, Rebeca Matte y Juana Atala de Hirmas adhirieron al desafío y elaboraron propuestas para encausar la priorización curricular en un tema transversal, con el fin de facilitar el desarrollo de las actividades de los niños y niñas en el hogar. La iniciativa ha tenido gran aceptación en las comunidades, considerando el contexto y el estrés de las familias en la crisis.

El COVID-19 ha agudizado las complicaciones sociales y económicas que deben enfrentar  a diario las familias de Renca (RM). Principalmente, esas dificultades en el plano pedagógico se han reflejado en la desconexión que ha sufrido un número importante de estudiantes de sus centros educativos.

Los esfuerzos de las escuelas se han centrado en fortalecer el vínculo con sus comunidades. Por ese motivo, las y los actores educativos han debido trabajar colaborativamente, adaptar sus prácticas pedagógicas a la realidad que se han visto enfrentados, pero además diseñar estrategias para dar solución a la barrera que ha provocado la distancia y los problemas de acceso a internet y dispositivos tecnológicos.

Con este contexto, y para responder transversalmente a las expectativas académicas y de contención socioemocional de la comunidad, se hizo necesario generar una propuesta educativa que se enmarcara en la priorización curricular y que vinculara a todas las asignaturas en un proyecto único, pero sobre todo que fuera concreta y motivadora para las y los estudiantes e involucrara de manera activa a las familias.

La metodología ABP cumplía a cabalidad con esas características y la Corporación Municipal no dudó en invitar a las escuelas municipalizadas de Renca a implementarla. Ese llamado generó en 3 establecimientos las siguientes iniciativas: un instrumento que ha permitido sistematizar colaborativamente la elaboración de proyectos, un canal de YouTube para el nivel inicial y los proyectos Árbol Genealógico y revista Juana Atala. Estas estrategias han posibilitado acercarse de manera efectiva a las familias y no interrumpir el proceso educativo.

Escuela Domingo Santa María:

“Nuestra medida inmediata fue replicar lo que hacíamos en la escuela y enviar las guías impresas a los hogares”, señala la directora Tamara Contreras. “Marzo fue muy intenso y rápidamente nos dimos cuenta de que esas guías no eran devueltas y que las familias no estaban respondiendo”.

“Dada la incertidumbre, al inicio cada profesor era como una isla”, advierte Denisse Catalán, coordinadora de educación parvularia del establecimiento, “y se instaló la idea errónea de cubrir todas las asignaturas, y para eso había que enviar todas las guías posibles”.

“Fue un volumen de trabajo desarticulado”, dice Tamara Contreras. “Como al comienzo cada asignatura necesitaba avanzar en su cobertura curricular y no generábamos diálogo, los resultados no fueron los esperados”.

“Las familias comenzaron a dar muestras de agobio”, dice Denise Catalán, educadora de NT1, “sumado a que el contexto de nuestra comunidad es de alta pobreza y muchas veces no tiene las condiciones materiales y de formación para apoyar a sus niños y niñas”.

“A través del censo de conectividad que hicimos en marzo, pudimos percatarnos de que había muy poco acceso a internet y una modalidad de clases online era imposible”, advierte la directora Tamara Contreras. “El giro lo hicimos en abril, cuando adelantaron las vacaciones de invierno”.

“Nos fuimos al receso con la sensación de que faltaba mucho”, comenta Denisse Catalán. “Los equipos del establecimiento y de la comuna nos reunimos para analizar cómo mejorar nuestra propuesta y fue ahí que tuvimos la idea de retomar la experiencia de los Proyectos Interdisciplinarios que habíamos implementado el año anterior”.

En 2019, la Escuela Domingo Santa María desarrolló una estrategia para fortalecer los sellos de su proyecto educativo, la que se tradujo en la elaboración de trabajos colaborativos por parte del equipo pedagógico: “Cada dos meses, las y los profesores se juntaban a crear un proyecto de funcionamiento regular, donde abordaban los mismos temas. Por lo tanto, había una experiencia que, si bien debía ser afinada, había sido muy valorada por los docentes”, señala la directora del establecimiento.

“Nos propusimos que el trabajo durante el año debía ser en función de proyectos, con una adaptación del ABP”, comenta Denisse Catalán.

“Para echar a andar esta estrategia era imperioso que pudiéramos crear un instrumento que nos permitiera articular y definir nuestro ciclo de trabajo”, dice la directora Tamara Contreras. “De esa manera, diseñamos 4 reuniones, las que requerían la participación de los equipos directivos, de educación inicial, profesionales PIE y de convivencia escolar, y cuyo objetivo debía ser generar una hoja de ruta por cada proyecto que implementáramos”.

Durante la primera reunión, explica la directora, se define el tema, los propósitos y las asignaturas que trabajarán en el proyecto. En la segunda se priorizan los objetivos de aprendizaje, mientras que en la tercera las y los docentes deben presentar su propuesta de actividades, instancia donde, además, el resto de las y los integrantes de los equipos del establecimiento elaboran cambios, comentarios y proponen ajustes. Finalmente, en la última reunión se desarrollan los criterios de evaluación que se van a aplicar.

“Es un ciclo completo de elaboración”, agrega la coordinadora Denise Catalán. “Luego vienen las dos semanas de trabajo de las y los estudiantes, en el que el acompañamiento de las familias es fundamental, porque deben empezar a generar y enviar las evidencias. Luego se revisan y se realiza la retroalimentación vía telefónica o por WhatsApp”.

Escuela Rebeca Matte:

“En nuestra escuela nos hemos abocado a fortalecer la comunicación con las familias para evitar la deserción escolar”, narra la directora Alejandra Casas. “Sin embargo, al principio fue muy complejo que nuestros niños y niñas adhirieran a los aprendizajes”.

“Comenzamos con el envío de material por- que no sabíamos cuánto duraría todo esto”, dice la educadora Catherine Álvarez. “Enviábamos a través de WhatsApp dos guías diarias para kínder y, aunque había seguimiento de ese trabajo, el primer mes fue muy poca la respuesta que recibimos por parte de las familias”.

“Pronto nos dimos cuenta de que esto se iba a alargar y debíamos elaborar una estrategia que estuviera a la altura de las circunstancias”, agrega Alejandra Casas. “El año anterior habíamos implementado un piloto en séptimo básico que contemplaba el ABP. Eso nos impulsó para que, durante las vacaciones de invierno en abril, decidiéramos adaptar esta metodología para afrontar el período educativo que estábamos viviendo”.

En ese momento, explica la directora, el establecimiento, además, definió sus tres objetivos priorizados: el primero fue la contención emocional de las y los estudiantes y sus funcionarios, lo que devino en la conformación de equipos que, principalmente, comenzaron a realizar un seguimiento a las y los niños y crear material de apoyo; el segundo fue priorizar el currículo y vincular en un solo proyecto todas las asignaturas; y el tercer objetivo priorizado fue generar el apoyo social a las familias.

“La priorización de objetivos fue de gran utilidad”, dice la educadora Catherine Álvarez. “Supimos que debíamos trabajar en algo que los niños ya conocieran, que les fuera familiar. El año anterior habíamos usado las planificaciones integradas de ‘Un Buen Comienzo’. Entonces me lancé con un cuento, hice un primer video, se los mostré a las educadoras de los otros dos cursos y les encantó la idea”.

El trabajo del equipo de párvulos siempre ha sido muy destacado en la escuela, explica la directora Alejandra Casas, y el proyecto de un canal de YouTube para kínder fue respaldado rápidamente: “Son tres profesoras y cada una se encarga de uno de los tres ámbitos: comunicación y lenguaje artístico, pensamiento lógico-matemático y ciencias y medio ambiente. La idea es que los kínder A, B y C tengan  el mismo contacto con las tres educadoras a través del canal”.

“Nuestra idea fue incluir todos los aspectos de una clase en un video que no durara más de 20 minutos”, detalla Catherine Álvarez. “Contempla inicio, desarrollo y cierre, y está edita- do para que en momentos clave los niños y niñas puedan detenerlo y realizar las actividades con sus padres”.

“Cada cuento, cada grabación, se trabaja durante dos semanas con diferentes estrategias”, agrega la educadora. “Hay de comprensión, de incremento de vocabulario, de escritura y, además, agregué la de lectura. Y para incluir a cada núcleo, lo que hicimos fue vincular los demás contenidos al libro que estábamos narrando”.

“Esta metodología nos obligó a mirar de otra forma la labor colaborativa”, señala la directora Alejandra Casas. “Cuando comenzamos a trabajar bajo esta modalidad, empezamos a recibir evidencias de aprendizaje”.

Escuela Juana Atala de Hirmas:

“Apenas nos enteramos de la suspensión de las clases presenciales, comenzamos a implementar la plataforma Classroom”, dice la directora Bárbara Hayes. “Generamos los correos y comenzamos a hacer lo que hizo la mayoría de los colegios: el envío de guías por internet y también impresas. Eso funcionó muy poco tiempo”.

Edith Barrios es educadora de kínder en la Escuela Juana Atala y señala que los más pequeños se han visto muy perjudicados en este período: “Ha sido difícil no poder desarrollar la parte afectiva con ellos y ese aspecto se ha visto muy deteriorado”.

“Los padres de nuestra escuela estaban viviendo momentos de agobio igual o más complicados que los nuestros”, dice Bárbara Hayes. “Y, claramente, los aprendizajes de sus niños  y niñas dejaron de ser una prioridad. Cuando adelantaron las vacaciones en abril, los equipos decidimos reunirnos y sentarnos a pensar de verdad, porque, de alguna manera, había que dar continuidad al proceso educativo”.

“Luego del escaso éxito que tuvimos con las guías, durante las vacaciones diseñamos una estrategia para trabajar en base a proyectos, pero no por curso, sino que a nivel de escuela”, dice la educadora Edith Barrios. “¿Por qué lo quisimos hacer así? Principalmente, porque las familias tienen dos o más hermanos que asisten al establecimiento, entonces, para facilitar la coordinación en los hogares, solo les pedimos enfocarse en un proyecto”.

La directora Bárbara Hayes explica que desde 2017 la escuela se ha propuesto ampliar su mirada y se ha preocupado de incorporar los distintos aprendizajes que los equipos han podido desarrollar: “A partir de lo que nos permitía el contexto, como comunidad fuimos buscando qué alternativas implementar. Allí surgieron todos los aprendizajes en los que hemos trabaja- do durante estos años, pero fundamentalmente nos centramos en adaptar el ABP”.

“Esta metodología”, agrega la directora, “nos permitía unir todo lo que necesitábamos: incorporar lo socioemocional, trabajar objetivos pedagógicos y desarrollar habilidades más que contenido duro. Esencialmente, buscábamos las facilidades que les permitieran a las familias trabajar colaborativamente”.

“Debíamos traspasarles a los padres la idea de que ahora eran ellos los protagonistas de los aprendizajes de sus hijos e hijas”, señala Edith Barrios. “Ese concepto fue crucial para desarrollar en mayo el primer proyecto: el Árbol Genealógico”.

“Decidimos que el primer proyecto debía necesariamente contemplar la historia de la familia”, detalla la directora de la Escuela Juana Atala. “El proceso para diseñar el Árbol Genealógico fue pedirles a los niños y niñas que investigaran su historia familiar, que entrevistaran a sus abuelos, a sus padres, con el objetivo de que pudieran robustecer su vínculo”.

“Nuestra planificación ha contemplado trabajar durante dos meses cada proyecto y los resultados y el nivel de la evidencia que hemos obtenido de las familias ha sido asombroso”, dice Edith Barrios. “Actualmente, a nivel de es- cuela estamos en la última etapa de la revista Juana Atala, un proyecto que ahora busca generar pertenencia y fortalecer el nexo de las familias con nuestro establecimiento”.

Esta iniciativa es parte del documento “Educación Inicial: 6 Innovaciones en tiempos de Covid-19” que puedes descargar completo en este link https://bit.ly/3eokQoC